domingo, 29 de abril de 2012

Masas de hielo de 800 metros atraviesan uno de los anillos de Saturno.


Saturno.- Combo de imágenes tomadas por la sonda espacial Cassini de las estelas brillantes que deja Saturno al ser atravesado uno de sus anillos por objetos de unos 800 metros de largo. (NASA)

Un grupo de científicos ha descubierto en las nuevas imágenes proporcionadas por la sonda espacial Cassini objetos de unos 800 metros de largo que atraviesan uno de los anillos de Saturno dejando una estela brillante a su paso.

El hallazgo fue presentado esta semana ante la Unión Europea de Geociencias (EGU), que se ha celebrado hasta el viernes en Viena, por el científico Carl Murray, de la Universidad Queen Mary de Londres.

Los expertos fueron testigos de cómo esos objetos (se cree que masas de hielo) atravesaban el anillo F de Saturno, uno de los más externos que rodean al planeta y de unos 900.000 kilómetros, y al alejarse dejaban una estela brillante tras de sí.

"Este último resultado de la Cassini va a mostrar cómo el anillo F es aún más dinámico de lo que pensábamos", explicó Murray, quien recordó que en torno a él existen "objetos de tamaños que van desde los 0,8 kilómetros a lunas como Prometeo, de 160 kilómetros".

Los científicos explicaron que algunos elementos grandes, como Prometeo, podrían crear esos objetos de hielo, que chocarían con el anillo F a una velocidad de dos metros por segundo y podrían dejar una estela de hasta 180 kilómetros.

Los anillos de Saturno, constituidos por rocas y hielo, son identificados con letras y los principales son A, B y C, en tanto que los más transparentes son D, F, E y G.

Este fenómeno podría ayudar a los científicos a estudiar la evolución de cierto tipo de sistemas solares que evolucionan a partir de discos de polvo y rocas, según los científicos.

La sonda Cassini, lanzada en 1997, es una misión en la que participan la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), cuyo objetivo es estudiar los cambios climáticos en Saturno y en sus lunas.

Recortado de 20 minutos.

domingo, 22 de abril de 2012

Día de la Tierra.





El Día de la Tierra es un día celebrado en muchos países el 22 de abril. Su promotor, el senador estadounidense Gaylord Nelson, instauró este día para crear una conciencia común a los problemas de la superpoblación, la producción de contaminación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales para proteger la Tierra.

Earth Day Network fue fundada bajo la premisa de que toda la humanidad, más allá de su raza, género, ingresos o nacionalidad, tiene un derecho moral a un ambiente sano y sustentable. Su misión es ampliar y diversificar el movimiento ambiental mundial y movilizarlo como vehículo más eficiente para promover la sustentabilidad. Earth Day Network tiene alcance global, con una red de más de 17.000 socios y organizaciones en 174 países.



viernes, 20 de abril de 2012

El oso polar existe desde hace 600.000 años.

El oso polar se separó evolutivamente del linaje de los osos pardos hace unos 600.00 años, lo que indica que esta especie especializada para vivir en las condiciones extremas del frío Ártico es cinco veces más antigua de lo que se había estimado antes. Unos investigadores lo han descubierto haciendo nuevos análisis genéticos de esa fiera de los hielos septentrionales del planeta. El hallazgo significa que el oso polar tuvo más tiempo para adaptarse al particular entorno helado que habita.

Se habían hecho ya de estudios genéticos del oso polar (Ursus marítimus), pero del ADN de la mitocondria, un orgánulo de la célula exterior al núcleo que se transmite de madres a crías y solo contiene una parte reducida del material genético. Como cada parte del genoma puede contar su parte de la historia del animal, el ADN mitocondrial ofrece resultados parciales, como leer solo unas cuantas páginas de un libro, explica la revista Science, donde se ha presentado la investigación. Según esas pocas páginas genéticas, el oso polar sería joven como especie, perteneciendo a un linaje escindido de sus primos los osos pardos hace entre 166.000 y 111.000 años. Habría experimentado por tanto, una rápida adaptación a las condiciones polares.

Frank Hailer (del Centro de Investigación de la Biodiversidad y el Clima, en Frankfurt, Alemania) y sus colegas querían comprobar si en el caso del oso blanco el ADN nuclear -el resto del libro- decía lo mismo que esas pocas páginas de la mitocondria, y el resultado es completamente diferente: tanto el oso polar como el oso pardo son mucho más antiguos como especie de lo que se creía. Ellos han comparado el ADN nuclear de 19 ejemplares de oso polar, 18 de oso pardo y 7 de oso negro (Ursus americanus), según informa el CSIC, que participa en esta investigación a través de la investigadora Jennifer Leonard (Estación Biológica de Doñana).

Oso polar hembra con su cría en un lago helado en Canadá. / Hansruedi Weyrich / http://www.weyrichphoto.ch/

En la época del Pleistoceno en que se produjo esa divergencia evolutiva, el clima de la Tierra fue especialmente frío. Puede ser una pura coincidencia, dicen Hailer y sus colegas, o puede que aquellas condiciones climáticas tuvieran que ver con el origen evolutivo del oso polar.

Los investigadores advierten de que la actividad humana está acelerando el cambio climático en el planeta, que el Ártico puede alcanzar temperaturas especialmente altas más rápidamente que en épocas templadas anteriores. La adaptación del oso polar en el pasado debió ser un proceso lento y tal vez ahora no tenga tiempo suficiente para ajustarse a las condiciones determinadas por de temperaturas altas.

La creencia de que los osos polares habían evolucionado en tan solo entre 166.000 y 111.000 años suponía que dicha especie poseía una elevada capacidad adaptativa a las condiciones polares, explica el CSIC. Sin embargo, ahora, el hecho de que sea tan antiguo sugiere que podría ser una especie mucho más sensible a los posibles efectos del cambio climático. “Si perdiéramos al oso polar en nuestra era deberíamos preguntarnos hasta qué punto hemos dificultado su supervivencia, ya que fue claramente capaz de resistir otras épocas más cálidas en el pasado”, comenta Leonard.

Recortado de El País.